Como testigos impertérritos asistimos al avance inexorable de lo que ha dado en llamarse la “España vaciada”, sin atisbo alguno de alternativas que cambien esta tendencia. Nos quisieron vender, o quizás imponer, una alternativa que ni poblaba, ni generaba riqueza alguna, bien al contrario, contaminaba y, si cabe, despoblaba aun más, por no tener que soportar el hedor del porcino que nos traían como vecino. Sin barruntar los intereses subyacentes a tal propuesta ni entrar en un balance ya conocido de la misma, únicamente cabe esperar un atisbo de cordura por parte de la Junta de Castilla y León, que cercene cualquier iniciativa en esta línea claramente errónea.
Todo tiene su recorrido en esta vida, pero a veces, algunos eventos no previstos precipitan los acontecimientos. Este ha sido el caso del COVID19. En efecto, esta pandemia nos ha traído el teletrabajo, ya vigente en algunas empresas, como un modo de trabajo habitual en muchos ámbitos que ha venido para quedarse. Por otra parte, la pandemia ha puesto de manifiesto como las sociedades urbanas presentaban una mayor incidencia en la enfermedad, poniendo así en valor a una sociedad rural más sana, con más espacios y en definitiva, de algún modo, con más calidad de vida. Muchas más son las implicaciones del COVID19, pero escapa del objetivo de este texto el entrar en ellas.
Por otra parte, este año termina el actual Programa Marco de la UE y comienza uno nuevo al que se conoce como Horizon Europe (2021-2027). Ya durante el presente Programa, la UE ha venido promoviendo acciones en pro de la igualdad de oportunidades para la sociedad urbanita y la rural, y si cabe, más aún para esta última, donde las soluciones no son tan eficientes y rentables, a priori, como en las primera, y por ello la UE promueve la financiación de proyectos en esta dirección. En esta línea, se abre una oportunidad para la puesta en valor del mundo rural mediante el uso de tales Fondos Europeos para el Desarrollo Regional (FEDER) para la implementación de una conexión a internet de banda ancha que atraiga el asentamiento de profesionales y familias basadas en el teletrabajo, que con el tiempo acabarían demandando algunos servicios sociales (salud, educación, etc.) que también se han visto mermados en estos años. Ya los romanos sabían la importancia de una buena red de calzadas que conectaran el imperio, para su desarrollo y expansión, y su equivalente presente es sin duda alguna una conexión a internet de alta capacidad.
Evidentemente, esta propuesta debería contar con el apoyo institucional de la Junta de CyL, la Diputación de Palencia y el conjunto de municipios del Valle del Valdavia, en quien estoy pensando al escribir este documento. Apoyo de tipo económico para la implementación y mantenimiento de la red de fibra que se propone (habría que estudiarlo), así como otro tipo de apoyos en pro de favorecer el asentamiento de estos profesionales, familias, empresas, etc. que queremos con nosotros, dejando las granjas para aquellos que las propusieron.
La España vaciada es un “reto” para el ámbito rural, pero también es una “oportunidad” y así debiera entenderse desde los municipios del Valle del Valdavia, para promover una propuesta conjunta a la Diputación y la JCyL, utilizando los fondos FEDER de la Unión, dando una oportunidad de acogida al sector rural de “teletrabajadores” que crearían riqueza y aumentarían la masa crítica necesaria para demandar esos servicios sociales, día a día más escasos y denostados.
Pedro Prado Herrero
